"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

miércoles, 14 de diciembre de 2011

THE BOOT ROOM

Otra histora de Fútbol.  "Conocer la historia nos ayuda a entender el presente..."


Roy Evans

Extracto de una entrevista a Roy Evans, Jordi Quixano, El País 2.009

J.Q: Y entró en el selecto grupo del Boot Room...

R.E: En escasos tres metros cuadrados, envueltos entre botas y adornados por una pequeña mesa donde nunca faltaba cerveza y whisky, nos reuníamos los técnicos -los capitanes no podían- para hablar antes de los entrenamientos y después de los partidos. Recuerdo mi primera reunión. Estaba nervioso porque delante tenía a Paisley, Fagan y Moran. Paisley anunció: 'Decid lo que tengáis que decir porque sé lo que ocurre dentro pero no fuera'. Respondí: 'Pueden ser cosas malas'. Y soltó: 'Así mejoraremos'. Punto y final.
Lógicamente, a veces discutíamos; éramos cinco hombres hablando de fútbol. Pero estaba la norma yo no lo habría hecho así. Es decir, nadie podía decir esto tras un partido porque siempre nos reuníamos antes para expresar lo que quisiéramos sobre los jugadores o la táctica.

J.Q: ¿Cómo se trabajaba la táctica por entonces?

R.E: Poco porque todos eran buenos jugadores. Quizá cuando fuimos a Europa sí que había casos donde aplicábamos tácticas. Sacábamos algún futbolista de la alineación o, como mucho, hacíamos la defensa al hombre. Pero la idea era dar continuidad al buen fútbol. Ese fue nuestro éxito. La táctica no nos ayudó a jugar mejor. '¿Cómo vamos a jugar?', preguntaban los chicos. 'Como en el partido pasado', respondíamos. '¿Qué quieres que haga?', añadía otro. 'Lo que sabes hacer', contestábamos.

J.Q: ¿Qué papel tenía cada uno en el Boot Room?

R.E: Shankly empezó todo. Paisley nos llevó al siguiente nivel, más alto. Fagan era el más honesto. Moran era más ruidoso porque siempre necesitaba una respuesta. Y yo, más tranquilo. Cada uno con su papel. El problema es que quizá el espíritu del Boot Room se apagó con las tragedias de Heysel y Hillsborough. Lo que decía Shankly sobre que el fútbol no es a vida o muerte sino mucho más importante, era falso. Cuando hay vidas de por medio, el fútbol pasa a ser un juego.



Bill Shankly


THE BOOT ROOM




The Boot Room era el minúsculo cuarto de las botas que cimentó la leyenda de Anfield. Allí se reunieron durante años los miembros del equipo técnico que formó Bill Shankly y que llevaron al Liverpool a conquistar cuatro Copas de Europa.



En el Boot Room, donde Bill Shankly, Joe Fagan, Bob Paisley, Ronie Moran y Roy Evans hablaban de fútbol, todo era muy simple. No había ninguna clase de disfraz. Los protagonistas siempre hablaban de sencillez y simplicidad, sólo fútbol.

Bob Paisley



Bob Paisley era alguien que conocía muy bien a los jugadores y un detector de talentos fabuloso. Joe Fagan, que estuvo 30 años en el club, era un hombre rocoso que ejercía gran influencia. Se hacía lo que él decía. Ronie Moran era el sargento malo. Y Evans era el policía bueno. Si alguien necesitaba un brazo alrededor del hombro, ahí estaba él. Los que recuerdan a Shankly, manager desde 1959 a 1974, le definen como un tipo al que no le gustaba entrenar. Pero era un entusiasta. Hacía que cada día fuera un gran día. Hacía que la gente se sintiera capaz de afrontarlo todo. Podía ser duro, pero no levantaba la voz. Y, como mánager, si tenía que tomar una medida se la comunicaba a Paisley para que la ejecutara: ‘Bob, este chico está jugando mal; hay que hacer algo’. No era un hombre de grandes discursos. Más bien, de sentencias cortas. Era genuino, simple. Y fue en base a esa simplicidad que construyó el Liverpool competitivo y exitoso que guardamos en la memoria. Aquella frase suya de ‘pásale la pelota a la camiseta roja que tengas más cerca’ puede parecer una tontería, pero habla de la simplicidad esencial de este juego.



Las charlas de Shankly, como las de Paisley, eran muy sencillas. Shankly no entraba mucho en la cosa táctica. Era un motivador. Y hacían trabajo táctico, claro, pero sin dogmatismos. El trabajo físico era fundamentalmente con la pelota y dedicaban las jornadas a practicar los pases… el passing game. Hacían muchos partidos en campo reducido, cinco contra cinco, a un toque, a dos toques… Mientras tanto, la mayoría de los clubes dedicaban muchísimo tiempo a la parte física, la FA (la federación inglesa) hablaba de balones largos, de posiciones de máxima oportunidad, y de jugar como se entrena, como si la identidad de cada equipo fuera algo impuesto por el técnico. Esto conducía a que todos perdieran su identidad. Pero el fútbol no es eso. El fútbol son jugadores expresando su habilidad.

Bill Shankly y Ronie Moran

   El ideólogo de esta insistencia en los métodos más simples fue, más que Shankly, Joe Fagan. Fagan había jugado en el Manchester City y tenía sus propias ideas. Y estas ideas iban en contra del sistema de la FA. Shankly lo apoyaba porque siempre le gustó ir contra el establishment.
 Joe Fagan


Actualmente, el cuarto de las botas es uno de los pocos lugares que el actual mánager, Rafael Benítez, ha mantenido dentro de la profunda reestructuración interna que tuvo que realizar al llegar al club. Ahora Benítez recibe allí a los entrenadores rivales tras los partidos, sólo José Mourinho se ha negado hasta ahora a visitar ese mítico lugar del histórico Anfield Road.
Según Benítez, decimosexto manager en la historia de un club fundado en 1892, al aterrizar en la ciudad del Mersey se encontró con un club anticuado, sin medios en la ciudad deportiva de Melwood, sin lo necesario en un club moderno. Benítez ha dado cuatro títulos al club en tres temporadas, incluída la quinta Copa de Europa. La clave para el éxito en un club de la tradición y singularidad del Liverpool, es conjugar la modernidad necesaria con el mantenimiento de las arraigadas costumbres históricas… una de las mejores, el BOOT ROOM.

Rafa Benitez



       

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