"Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto."
( William Shakespeare )
Hace años me llegó este relato:
Escuchaba una entrevista de televisión a Hugo Sánchez. Y decía: “Cuando me contrataron para jugar con el Atlético de Madrid, me preguntó la prensa española -¿A que vienes al Atlético? – Yo respondí –Vengo a aprender”.
Esta respuesta era la esperada en una ambiente como en México, en el que la gente es muy amable y usa palabras como “Tu casa es mi casa”. En México se considera cortesía. En otras culturas, no se concibe que renuncies tanto en favor de otra persona.
Prosigue Hugo Sánchez “un reportero me respondió que yo no estaba para aprender en el Atlético de Madrid. No supe que responder”.
Este momento cambió a Hugo. Llegó a una cultura en la que hay que ser precisos y determinantes.
Hugo añade “ese fue un momento trascendente en mi vida. Por primera vez me pregunté realmente para qué estaba en el Atlético. Cuando días después en otra rueda de prensa, me hicieron la misma pregunta, entonces respondí: ‘vengo a ser el goleador que el Atlético de Madrid necesita’. Fue una autoprofecía que se cumplió.
Hugo Sánchez ha regresado a México, entrena a la selección nacional de fútbol y actualmente se le considera exagerado al afirmar que México será el campeón del mundo en el próximo Mundial.
Se le considera arrogante, exagerado y payaso, incluso hay quien le dice “Ego Sánchez”. Pero todos concuerdan en que es el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos.
Lo considera así la cultura mexicana, una cultura acostumbrada a pensar más en los otros que en uno mismo. Pero la cultura española le enseñó a Hugo que hay que ser precisos en los objetivos y no esconder los sueños. Una cosa es ser humilde y otra no tener objetivos determinantes.
¿México será el campeón del mundo en el próximo mundial? No lo se. Pero todo comienza con un objetivo en mente y no esconderlo de los demás, porque se burlen o culturalmente lo consideren arrogante.
Como Hugo, dile al mundo tus sueños con precisión.
Escuchaba una entrevista de televisión a Hugo Sánchez. Y decía: “Cuando me contrataron para jugar con el Atlético de Madrid, me preguntó la prensa española -¿A que vienes al Atlético? – Yo respondí –Vengo a aprender”.
Esta respuesta era la esperada en una ambiente como en México, en el que la gente es muy amable y usa palabras como “Tu casa es mi casa”. En México se considera cortesía. En otras culturas, no se concibe que renuncies tanto en favor de otra persona.
Prosigue Hugo Sánchez “un reportero me respondió que yo no estaba para aprender en el Atlético de Madrid. No supe que responder”.
Este momento cambió a Hugo. Llegó a una cultura en la que hay que ser precisos y determinantes.
Hugo añade “ese fue un momento trascendente en mi vida. Por primera vez me pregunté realmente para qué estaba en el Atlético. Cuando días después en otra rueda de prensa, me hicieron la misma pregunta, entonces respondí: ‘vengo a ser el goleador que el Atlético de Madrid necesita’. Fue una autoprofecía que se cumplió.
Hugo Sánchez ha regresado a México, entrena a la selección nacional de fútbol y actualmente se le considera exagerado al afirmar que México será el campeón del mundo en el próximo Mundial.
Se le considera arrogante, exagerado y payaso, incluso hay quien le dice “Ego Sánchez”. Pero todos concuerdan en que es el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos.
Lo considera así la cultura mexicana, una cultura acostumbrada a pensar más en los otros que en uno mismo. Pero la cultura española le enseñó a Hugo que hay que ser precisos en los objetivos y no esconder los sueños. Una cosa es ser humilde y otra no tener objetivos determinantes.
¿México será el campeón del mundo en el próximo mundial? No lo se. Pero todo comienza con un objetivo en mente y no esconderlo de los demás, porque se burlen o culturalmente lo consideren arrogante.
Como Hugo, dile al mundo tus sueños con precisión.
Edgar Martínez (México)
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