"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

viernes, 15 de abril de 2016

Los 10 mandamientos según Bertrand Russell

"Sé sincero, incluso si la verdad es inconveniente, pues resulta más inconveniente cuando tratas de ocultarla."  (Bertrand Russell)



Bertrand Rusell


Bertrand Russell fue un gran matemático y uno de los filósofos más influyentes del siglo XX. Luchó a lo largo de toda su vida en contra de las supersticiones milenarias, pero no enfrentándose directamente a ellas, sino divulgando la razón a través de sus libros, sus ponencias y en cualquier oportunidad que se encontrara por el camino.

El 16 de diciembre de 1951, aprovechó una colaboración para la New York Times Magazine para divulgar una vez más la razón, mediante un artículo titulado The best answer to fanaticism: Liberalism. Al final de este artículo, Russell exponía un decálogo que, según él, todo profesor debería desear enseñar a sus alumnos.

Posiblemente el decálogo al que Russell se refirió como mandamientos- no sea una enseñanza completa en sí, pero enseña los pasos necesarios que toda persona ha de intentar dar para encontrarse con la razón y alejarse de todo tipo de supersticiones y creencias sin fundamento alguno.


Los 10 mandamientos según Bertrand Russell :


1. No estés absolutamente seguro de nada.

2. No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.

3. Nunca intentes oponerte al raciocino, pues seguramente lo conseguirás.

4. Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu cónyuge o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.

5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.

6. No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.

7. No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas la ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.

8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más profundo que ésta.

9. Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.

10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, pues sólo un necio pensará que eso es la felicidad.


Estos diez mandamientos, difícilmente resumibles, nos enseñan a ser escépticos, pero sin cerrarnos a posibles evidencias que desconozcamos; A respetar al resto y permitir que todos expongan su opinión, sin que nadie la intente imponer a la fuerza mediante el miedo o la opresión; A seguir adelante con nuestras opiniones, por muy excéntricas que sean; A ser franco y no ocultar la realidad, aunque esta vaya en contra de nuestro propio beneficio.

Ni la fuerza, ni la autoridad, ni la mentira tienen valor alguno en un mundo donde únicamente ha de triunfar la razón, por encima de todo.




"Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar."   (Bertrand Russell)

jueves, 7 de abril de 2016

Entrevista : Júlio Garganta

“LA HUMANIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO Y LA COMPETICIÓN SERÁ LA GRAN REVOLUCIÓN DEL FÚTBOL”


Profesor y coordinador del gabinete de fútbol en la Facultad de Deporte de la Universidad de Oporto durante 23 años. Doctorado en el ámbito del entrenamiento deportivo – modelación táctica del fútbol, se dedica a la búsqueda de problemas relativos a la enseñanza, entrenamiento, desarrollo e identificación del talento en este deporte. Júlio Garganta es uno de los mayores referentes bibliográficos en la literatura del fútbol. Ha publicado diversos trabajos en revistas y libros. En los últimos 25 años ha participado en la formación de profesores y entrenadores, en Europa, África, Asia y América del Sur. Consultor de equipos profesionales, ha sido responsable de la observación e interpretación del juego del FCPorto, del Sporting de Portugal (1999-2001, 2002-2004) y de la Selección Nacional Portuguesa (2011-2015). Fue parte del equipo técnico de la Eurocopa 2012, en Polonia y Ucrania, y en el Mundial de 2014 en Brasil. Júlio se declara “escéptico ante las tesis doctrinarias y alérgico ante los fundamentalismos metodológicos”. Un maestro-aprendiz que prefiere “convivir con el riesgo de la duda que con la ilusión de la certeza”.

por @aizcorbes y @davidsanchezmer (www.futbolholistico.com)

¿Qué es entrenar con sentido?
En el fútbol se pretende que la preparación de jugadores y de los equipos induzca a preparaciones adecuadas, esto es, viabilizar una mayor eficacia en cuanto a transferencia de efectos entre el entrenamiento y la competición.
Entrenar con sentido consiste en concebir, aplicar y gestionar las situaciones de entrenamiento, de modo a maximizar los efectos que pretendemos desembarcar, de acuerdo con una intención de propósitos bien definidos. Siendo así, la esencialidad del entrenamiento sigue su superior compatibilización con la idea de juego del entrenador y, por lo tanto, es esencial que las situaciones de entrenamiento sean específicas y representativas, de modo a que la designada transferencia de efectos, del entrenamiento para la competición, sea optimizada.
A eso se le llama COHERENCIA. Entrenar con sentido es perseguir la coherencia en todo momento, desde el nivel macro a los más ínfimos pormenores.
¿Qué es el modelo de juego para Júlio Garganta?  
En el contexto del fútbol, hablar del modelo de juego es invocar a un conjunto de ideas, referencias/principios, que orientan a la intervención del entrenador y los comportamientos de los jugadores y de los equipos en busca de la eficacia.
Por lo tanto, el Modelo de Juego funciona como mapa que guía la ruta a profundizar en los dominios de la preparación y la competición. En ese sentido, él encuadra y da sentido a la metodología de entrenamiento que se elige para concretar.
Todavía, no raramente, se supone que el modelo de juego explica, justifica y legitima la fabricación anticipada del juego, en lo que respeta la predeterminación de comportamientos de los jugadores y de los equipos.
Pero se trata de un error, ya que el modelo atrae comportamientos/actitudes que queremos ver emerger en el juego, pero no los determina en cuanto a su secuencia ni anticipa las respectivas formas intermedia y final.
¿Crees que el entrenador debe adaptar el modelo a los jugadores o deben ser los jugadores los que se adapten al modelo del entrenador?
Establezco una distinción entre modelo y concepción del juego. Una cosa es el modelo de juego ideal. Otra, viene derivada de la primera, es el modelo adaptado a un determinado equipo, en que hay que aceptar cosas teniendo en cuenta la cultura del club, el nivel y la cultura de los jugadores que componen el equipo, la política de contrataciones, las condiciones materiales y humanas de apoyo, entre clubes.
Aunque no entrenemos ningún equipo, tenemos nuestro modelo (ideal) de juego. A partir del momento en que asumimos la dirección de un equipo, tendremos necesariamente que hacer ajustes y adaptaciones. En este caso, hablo de concepción del juego o del modelo adaptado, el cuál tendrá, obviamente, como referencia el modelo de juego ideal, pero no es lo mismo que él.
No me parece viable adaptar unilateralmente los jugadores al modelo o el modelo a los jugadores. El proceso de conducción de un equipo estará siempre condicionado, por el compromiso que hay que establecer en un equipo entre lo que queremos, lo que tenemos y quién tenemos y lo que conseguimos hacer para alcanzar lo que deseamos.
Por uno y otro lado hay que hacer ajustes para contabilizar el desarrollo eficaz del proceso. De ahí que sea decisivo saber leer muy bien las condiciones en las que se va a trabajar y el potencial de evolución que se perfila. Después, se vuelve vital saber agenciar todos los condicionantes, los ingredientes, para alcanzar los objetivos.
¿Qué es especificidad?
La especificidad, como dice James Gibson, puede ser entendida como un concepto calificador de una relación entre variables. En lo que a Fútbol se refiere, la especificidad viene de la relación entre los conceptos, las ideas y la forma cómo los pones en práctica y los controlas.
Dado que lo que se hace en el entrenamiento para jugar debe estar claramente relacionado con las ideas para jugar, el proceso de control del entrenamiento en especificidad pasa, sobre todo, por comparar lo que hacemos, con lo que idealizamos hacer y obtener, teniendo en cuenta las variables especificadoras del modelo/concepción del juego. 
¿Cómo puede perjudicar a un jugador entrenar de forma no específica?
El entrenamiento no específico y no representativo pueden perjudicar a un jugador, pero el grado de prejuicio no me parece que sea semejante para las diferentes fases de su ruta como futbolista. Entiendo que cuanto más elevado es el nivel de práctica, más la no-especificidad y la no-representatividad del entrenamiento pueden ser nocivas para el jugador, ya que debido a las altas exigencias en el plano de la intensidad y de la recuperación, todos los estímulos que constituyen redundancias o desperdicios irán a estorbar al jugador, llevando a que su proceso de adaptación se desvíe del sentido adecuado.
Siempre que se entrena algo que no es importante, se deja de entrenar lo que es esencial. Por lo tanto, se pierde de dos maneras.
¿A nivel metodológico qué distingue a Júlio Garganta, cuál es tu singularidad?
No creé ninguna metodología. Tal vez haya contribuido a sistematizar algunos modos de ayudar a aprender la enseñanza y el entrenamiento del fútbol. Si tengo alguna singularidad, es la de intentar ayudar a otros a ser singulares.
Me veo, sobre todo, como alguien que intenta asimilar, traducir y compartir conocimiento, y que intenta ayudar a otros, teniendo en cuenta sus propias cualidades de evolución.
Por eso, me he ido volviendo escéptico en relación a tesis doctrinarias y alérgico a fundamentalismos metodológicos, vengan ellos de donde vengan. Intento cultivar el acto de pensar más allá de las modas. Procuro no dejarme hipotecar en relación a métodos o figuras tildadas como sabios en determinadas materias.
Tengo la idea de que el entendimiento del juego y del entrenamiento depende del modo como nos vamos volviendo capaces de generar y gestionar ideas que guíen y regulen la acción. Tal depende de conocimientos y competencias que pueden ser aprendidos y entrenados, teniendo en cuenta los recursos que cada uno va consiguiendo actualizar a lo largo de la vida.
He convivido con diversas formas de entender el juego y el entrenamiento y voy me voy dando cuenta de varias metodologías, algunas de las cuales con contornos marcadamente analíticos, con los cuales no me identifico del todo, pero que conducen a resultados deportivos positivos y al éxito también a nivel de calidad del juego exhibida.
Eso siempre me hace pensar. De ahí que alerte constantemente a mis estudiantes para que sigan su camino, aprendiendo con todos, pero rechazando imitaciones sea de quién sea, por más famoso que sea su nombre y más títulos haya conseguido.
Estoy en contra de la globalización de medios, de métodos de entrenamiento y de estilos de juego. Entiendo que la ludodiversidad, la multiplicidad de formas para llegar a objetivos semejantes es positiva, desde que es pensada y coherente.
Tengo muchas más dudas que certezas. Sé que la duda es ansiogénica y la verdad es ansiolítica, pero, en el proceso de construcción del conocimiento, prefiero convivir con el riesgo de la duda que con la ilusión de la certeza.
¿Por qué dices que se entrena mucho el “hardware” del jugador y poco el “software”? 
Porque en el ámbito del desempeño de los jugadores en los equipos de fútbol, tan sólo hace muy poco tiempo que se empezó a dar importancia a la acción táctica, en su relación con la percepción y la toma de decisión. Estábamos demasiado concentrados en el final de la cadena motora, esto es, en la acción propiamente dicha, sin considerar lo que la motivaba y la regulaba, desde el punto de vista perceptivo-cognitivo.
Las facetas física y técnica del rendimiento siempre fueron enfatizadas, incluso en el dominio de la investigación, en detrimento de un entendimiento estratégico-táctico del juego y del entrenamiento para jugar.
¿Cómo podemos otorgar más autonomía al jugador para solucionar las situaciones de juego? 
Identificándolo, desde los primeros momentos, con ideas/intenciones para gestionar las diferentes fases y momentos del juego y exponiéndolo a ejercicios que envuelven situaciones-problemas que impliquen una toma de decisión original, siempre respetando principios de acción y reglas de gestión que componen la matriz del juego que se pretende operacionalizar.
¿Crees que la táctica es la supradimensión de la que derivan lo táctico, físico y psicológico?
Yo defiendo que la faceta táctica del juego es determinante, pero no exclusiva. En determinados momentos es necesario saber descentrar la mirada, percibir que no se pueden tocar todas las teclas del piano al mismo tiempo. Como tal, hay que percibir muy bien lo que se quiere para conseguir los objetivos y no siempre eso depende, inmediatamente, de los aspectos tácticos.
No obstante, desde mi punto de vista, quien encuadra, agrega y da sentido a los conceptos y a las intenciones, es el modelo/concepción de juego. De ahí que deba ser la referencia vital de todo el proceso.
Si no incorporas otros conceptos, de poco te servirá correr mucho o tener mucha fuerza. Es por esa razón que varios animales, de los que existen en la naturaleza, aún teniendo más fuerza, más resistencia y velocidad que el ser humano, no consiguen jugar a fútbol.
Para jugar con ideas y a través de las ideas, es necesario que la coordinación corporal sea eficaz. De ahí la importancia del desarrollo del juego por la vía de la inteligencia corporal (no la inteligencia intelectual). El Fútbol depende de la inteligencia del cuerpo, para dar cuerpo a la inteligencia. Si queremos lograr la armonía organizacional, tenemos que muscular la inteligencia y volver al músculo inteligente.
Por ejemplo, no importa la velocidad máxima, sino una velocidad adecuada a una determinada acción; no interesa la fuerza en sí misma, sino la capacidad de reproducir tensión y de regular la expresión de fuerza para generar movimiento de forma coordinada con la intención que lo motivó.
Sintetizando, más importante que la resistencia, la fuerza o la velocidad, en el juego del Fútbol, es buscar sincronía de intenciones y de las interacciones. Es el compromiso entre los ingredientes que confiere un paladar particular al juego, ¡como en una buena cocina!
¿Por qué afirmas que el fútbol es un juego táctico-estratégico?
 Diría que un equipo de fútbol tiene un “fenotipo” que consiste en sus características observables, tales como la morfología, la organización; y tiene un “genotipo” que consiste en un conjunto de informaciones no directamente observables y que se desarrollan con la misma forma como están asimilados el modelo/concepción del juego y los principios de juego.
El juego de Fútbol no depende de ejecuciones automatizadas, sino de afirmación y de actualización de opciones y decisiones de los jugadores/equipos, realizadas en un ambiente de diversas restricciones y posibilidades. Así pues, jugar al fútbol implica INTENCIÓN aparte de acción, por lo que son decisivos los conocimientos y las competencias que permitan a los jugadores y a los equipos actuar eficazmente en escenarios contingentes. Lo que hace el juego es la transformación de la casualidad en causalidad, o sea aprovechar el momento, y lo que enseña a aprovechar el momento son la estrategia y la táctica.
En resumen, al perseguir el entendimiento del juego y de la actividad del jugador a la luz del escenario estratégico-táctico, se reconoce que este metanivel constituye el principio director de la organización del juego y de la coherencia de los comportamientos de jugadores y entrenadores.
¿Cómo podemos conseguir adaptar nuestro juego a cada partido sin perder nuestra identidad como equipo?
El buen fútbol se juega de acuerdo con ideas (conceptos), el malo se juega sin ideas o con malas ideas.
El conjunto de ideas para jugar configura una matriz, un patrón, que da forma al modelo de juego. Lo ideal es que un equipo sea lo más fiel posible a esa matriz, en busca de la coherencia de procesos y resultados.
Sin embargo, en el contexto de la competición en fútbol, los conceptos y la forma de aplicarlos sufren ajustes, en función de las particularidades de los adversarios que se van enfrentando, lo que no significa que eso lleve a una pérdida de la identidad del equipo.
La idea preponderante es la de imponer al adversario una forma propia de jugar. Sin embargo, en algunos casos se puede comprobar que la alteración de la estrategia para derrotar a un adversario, sin que la misma esté debidamente entrenada y acorde al modelo de juego, puede provocar una degradación de la integridad de la organización. En este caso, los jugadores, pierden las referencias individuales, grupales y colectivas, tanto a nivel estructural como funcional, y con eso queda seriamente comprometida la identidad del equipo.
Admito, por lo tanto, que cuanto mejor asimilado esté el modelo (concepción) de juego, menos riesgos se corre en cuanto a la pérdida de identidad, siempre que se tiene que proceder a adaptaciones estratégicas. 
¿Cómo podemos lograr la excelencia táctica? ¿Realmente existe? 
No creo que exista la excelencia táctica en absoluto, pero sí excelencias tácticas (en plural).
Una forma de excelencia táctica puede ser atestiguada por el que considero el ejemplo paradigmático: el equipo del FC Barcelona de 2009 a 2013.
Si hubiese apenas una forma de expresión de la excelencia táctica podíamos llegar a la “Winning Formula”. Y no creo que esta exista. Todavía, hay algunos aspectos que son transversales a la excelencia. Pero no son ellos los que hacen la diferencia. Son apenas condición sine qua non.
Podemos aprender mucho intentando percibir como los grandes equipos llegan a lo más alto y como allí se consiguen mantener durante bastante tiempo. Pero lo más importante es ser capaz de construir un camino original que permita llevar a un equipo concreto a un determinado modo idealizado de excelencia táctica.
¿Qué es la creatividad en un deporte colectivo como el fútbol?
La creatividad está relacionada con la emergencia de algo único y original.
En un deporte colectivo como el fútbol, hay que tener presente que una cosa es la creatividad individual y otra es la creatividad colectiva. La creación de algo nuevo no es suficiente. Es necesario que eso nuevo sea apropiado, útil o de valor para una tarea, lo que significa que debe estar encuadrado en el contexto de la organización colectiva.
No concibo la creatividad como obra de inspiración divina o privilegio de algunos jugadores con estatus especial. Ésta puede ser estimulada a través de la creación de ambientes que induzcan a los jugadores a crear, teniendo en cuenta el respeto por los principios de juego y por la matriz organizativa del equipo, en su íntima relación con las fases y momentos del juego.
El jugador “creativo”, que individualmente consigue resolver localmente los problemas del juego, pero que cuya acción no se ajusta a la dinámica colectiva del equipo, puede ser del agrado de los aficionados, pero no es lo que más interesa al entrenador ni al equipo.
Obviamente, la creatividad estrictamente individual puede ser perteneciente al fútbol de calle, en el juego espontáneo, pero no me parece lo más determinante en el contexto de especialización deportiva.
¿Cómo podemos combatir la estandarización que observas en el fútbol, cómo fomentar la diversidad? 
Apostando por una formación adecuada.
Entiendo que en una fase inicial es muy importante promover la práctica espontánea, dejando a los niños jugar a fútbol.
Cuando se llega a la fase de especialización, en el cambio al entrenamiento sistemático, hay que tener el cuidado de no someter a los jugadores a programas excesivamente estandarizados sin tener en consideración las características y el potencial de cada jugador.
Estoy a favor de exponer a los jugadores a situaciones-problemas en los que sean llevados a desarrollar una actitud estratégica, adquiriendo cada vez más autonomía y capacidad para decidir y actuar, aunque teniendo en cuenta los principios de acción y de gestión del juego.
¿Qué virtudes y defectos destacarías del fútbol en tu país, Portugal?
Virtudes
Es una proeza admirable, en un país tan pequeño conseguir tantos entrenadores de fútbol del más alto nivel y jugadores de muy buena calidad, aunque todos no hayan tenido la oportunidad de mostrar lo que valen.
En este momento puede decirse que hay una escuela de entrenadores en Portugal.
Defectos
El excesivo centralismo en torno a tres clubes (FC Porto, SL Benfica y Sporting CP), tanto en las categorías séniores como en las categorías de formación.
Y también las oportunidades que son negadas a los jugadores jóvenes que van destacando y que, al llegar a la fase de transición para los equipos séniores ven sus posiciones ocupadas por jugadores extranjeros, algunos de calidad dudosa. 
¿Qué virtudes destacarías de dos de los entrenadores más exitosos de la última década: Jose Mourinho y Pep Guardiola?
Además de las virtudes ya conocidas, yo destacaría el liderazgo sustentado en el elevado conocimiento de la intimidad del juego del fútbol y de la fuerte convicción y seriedad de ambos en el trabajo que desarrollan. Son, realmente, ENTRENADORES porque creen que el proceso de ENTRENAMIENTO es el medio más importante para preparar a sus equipos para llegar a una forma de jugar idealizada.
Vítor Frade afirmó que la próxima revolución que la próxima revolución en el fútbol será estructural. ¿Qué opina Júlio Garganta al respecto?
Entiendo que la gran revolución en el Fútbol (no sé si será la próxima…) pasará por la humanización del entrenamiento y de la competición, lo que irá a trascender, sobremanera, las dimensiones táctica y metodológica.
Quiero decir que cada vez más se va a tender para que los jugadores estén preparados, no solo para protagonizar acciones y cumplir órdenes o intenciones (para ser ejecutores), sino también para ser más autónomos y dueños de sus decisiones.
En este particular, la asimilación, de una cultura de juego, del entrenamiento y de la recuperación, con participación de los propios jugadores en la construcción del modelo de juego y de entrenamiento, se intuye relevante.
¿Qué les dirías a todos aquellos entrenadores que dicen que en el fútbol está todo inventado?
En el entrenamiento y en la competición, hay que crear y reinventar, estrategias, formas de motivar, formas de entrenar. Los jugadores y los grupos son diferentes unos de otros y a medida que el tiempo pasa y la experiencia se acumula , las exigencias van, también, siendo diferentes. Eso implica elevada argucia y nivel de vigilancia, así como ideas propias. El Fútbol es una creación humana, es cultura. Y para que haya evolución de este fenómeno cultural planetario es necesario que las ideas y las prácticas se renueven y actualicen.
En la música desde hace mucho se conocen las notas musicales, los compases, los ritmos. Eso no cambió, pero todos los días surgen canciones nuevas y nuevos intérpretes. ¿Por qué? Porque a partir de las notas, de los compases, de los ritmos que se conocen es posible generar novedad, a través de combinaciones nuevas.
En el fútbol pasa lo mismo, pero para que haya innovación es necesario saber pensar y saber actuar de acuerdo con el modo que se piensa.
Pensar que está todo inventado en el Fútbol es dictar tu muerte.
En una conferencia explicaste que el cerebro no es el comandante de la acción como se creía en el pasado y que otras partes del cuerpo pueden producir información que altere la toma decisional. ¿Cuál es la función del cerebro entonces?
Las funciones del cerebro no cambiarán. Lo que cambió fue el modo como las perspectivamos y las entendemos.
Lo que yo quise decir es que en actividades como jugar a fútbol, el control no es necesariamente jerárquico o cognitivo, teniendo el cerebro como comandante.
Frecuentemente actuamos por percepción directa y con control jerárquico. En este caso, actuamos por percepción-acción, sin que haya una mediación de la acción motora por vía de las representaciones mentales y, por lo tanto, del cerebro.
Cuando nos enfrentamos a situaciones de intensificación de presión espacial-temporal (y cada vez eso sucede en el fútbol), o sea, cuando disponemos de menos tiempo y espacio para actuar, no tenemos tiempo para percibir-analizar y pensar en una solución para actuar. Hay que actuar rápidamente. En este caso, por ejemplo, nuestras cadenas musculares dejan de ser meros órganos reproductores de órdenes del cerebro, para pasar a tener el comando de acción. 
¿Qué errores metodológicos crees que se cometen más frecuentemente en el fútbol base de los grandes clubes?
No conozco las prácticas de todos los grandes clubes.
Puedo decir que, en algunos casos, tengo identificado algunas prácticas poco coherentes, fundamentalmente en lo que se refiere a dos conceptos:
  1. La idea perversa de talento innato, o sea, la convicción de que el jugador ya nace jugador, lo que lleva a una menor apuesta por el desarrollo y la actualización de las capacidades de los practicantes o a una distorsión del proceso;
  1. La adopción del modelo de juego del equipo sénior para todo el fútbol base. De hecho, son poquísimos los jugadores de formación que llegan a los equipos principales (séniores) de los clubes. Y cuando éstos llegan, el entrenador ya no es el mismo, por lo tanto el modelo también cambió. Eso significa que la gran mayoría de los jugadores van a ser formados para un modelo ausente.
En vez de eso, entiendo que tendría sentido apostar en una formación que garantizase una alfabetización táctica relacionada con los principios de juego (generales, específicos) que les permitiese saber aplicarlos en varios modelos, sistemas, dispositivos,…
O sea, la especialización dirigida no a un modelo o sistema, sino a una formación táctica multilateral, basada en principios de gestión y organización del juego, en contextos diversificados.
El ex seleccionador francés Raymond Domenech pronosticó que a Zinedine Zidane le irá bien como entrenador del Real Madrid, no por sus cualidades, sino porque el negocio ha cambiado “para ser entrenador solo hacen falta dos cosas: imagen y la eficacia en el trato con los jugadores”. Usted ha afirmado que para un entrenador el entrenamiento ha de ser lo más importante. ¿Es distinto el fútbol de élite?
Me parece que Domenech estaba siendo irónico cuando se refirió a eso.
Continuo convencido de que, para un entrenador, el entrenamiento tendrá que ser lo más importante, siendo que el proceso de entrenamiento no consiste sólo en transmisión de conocimientos y en aplicación de ejercicios. Es mucho más que eso. Es conocimiento, intención, comunicación, liderazgo, emoción.
El propio Zidane declaró que el fútbol no es tan complicado. ¿Qué opina al respecto? 
Como en todo en la vida, lo más difícil es ser simples y hacer lo fácil. Eso sólo está al alcance de los mejores.
También pienso que el Fútbol no es complicado para todos. Los genios, por ejemplo, pueden dar la idea de que lo que hacen es simple y fácil.
¿Cómo podemos sustituir el fútbol de calle ante su inminente desaparición? 
No lo podemos sustituir. Podemos intentar recrearlo en ambientes de club, pero nunca será la misma cosa, ya que el alma de la calle no es extrapolable a contextos más formales, como los clubes. Es, por lo tanto, un mal menor.
Hoy ya se consiguen obtener buenos ejemplares de árboles de fruto en ambientes de estufa. Y también hay varios peces de piscicultura. Pero ni esos frutos ni los peces tienen el mismo sabor, comparados con los criados en los ambientes naturales. 
¿Qué tienen el fútbol y el entrenamiento de arte y de ciencia? 
El juego y el entrenamiento del fútbol implican la fabricación, la creación y la materialización de ideas, intenciones y acciones que pueden ser aplicadas de diferentes modos, aunque para generar resultados semejantes. Como tal, y también por la subjetividad que les es inherente, son actividades que parecen inscribirse, sobre todo, en el dominio del arte.
Pero, del mismo modo que es negativo “cientificar” el Fútbol, cerrándolo en un rigor y una previsibilidad que le retiran el encanto, no es menos pernicioso ignorar la ventaja de contribuciones de ciencia para viabilizar un juego y un entrenamiento de calidad superior.
Dado el elevado nivel de especialización que hoy se requiere en jugadores y equipos, las facetas más subjetivas, relacionadas con la influencia de la percepción, de las emociones y de las ideas, son cada vez más complementadas por las contribuciones de la ciencia. Ésta, con su inclinación más objetiva y racional, puede ayudar al arte a volverse mejor y más refinado.
En este sentido, entiendo el Fútbol como un arte que precisa, cada vez más de las contribuciones de la ciencia para afirmarse y evolucionar.
¿Crees que algún día el fútbol dejará de ser imprevisible?
¡Tal vez en el fútbol robótico! En el fútbol jugado por humanos, creo que no. Y espero que no, porque si eso sucede dictaría el fin del juego del Fútbol en cuanto a juego.
Sin embargo, existe el peligro de que cada vez más se asista a una globalización negativa del Fútbol, con equipos que entrenan y que juegan de modo semejante, volviendo los espectáculos menos interesantes para quién juega y para quién asiste.
Para terminar nos gustaría que dejases una pregunta para el siguiente entrevistado de Fútbol Holístico. 
¿Cómo conciliar la necesidad de fomentar jugadores de fútbol creativos con la necesidad de que asimilen principios de organización individual y colectiva para jugar a un alto nivel de rendimiento?