"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

sábado, 17 de noviembre de 2012

UN POCO DE HISTORIA: Bill Shankly

“El fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso". 
(Bill Shankly)


SU VIDA

Nació el 2 de septiembre de 1913 en East Ayrshire, una pequeña villa minera de 
Glenbuck (Escocia),en el seno de una familia humilde, de 10 hermanos, Bill y cuatro de sus hermanos desarrollaron una carrera profesional en el fútbol. Las circunstancias sociales en las que se educó, hicieron de él un hombre con un fuerte y definido carácter. Pasó por tantas carencias que a menudo comentó recordando con sentido del humor que no había podido darse un baño en condiciones hasta la edad de 15 años.



COMO JUGADOR DE FÚTBOL

Comenzó a jugar al fútbol en Cronberry Eglinton, en las inferiores del fútbol escocés, para luego ingresar en las filas del Glenbuck Cherrypickers Trabajaba en la mina y los fines de semana jugaba al fútbol junto a cuatro de sus hermanos en las filas del ya citado Glenbuck Cherrypickers, un equipo del que por cierto salieron un buen número de jugadores profesionales. Y es que aquel conjunto era para los aldeanos de Glenbuck, la válvula de escape de la mina y el fútbol, el elixir de la vida para ellos.
En julio de 1932 firmó por el Carlisle United. Allí jugaría una temporada. En 1933, después de solo 16 encuentros disputados con el Carlisle, firmó por el Preston North End, por unos emolumentos de £500.00. En las filas del Preston fue uno de los pilares de un equipo que logró el ascenso a primera división en 1934 y jugó dos finales de la FA Cup, en 1937 cayendo ante el Sunderland, y en 1938, cuando se proclamó campeón al vencer al Huddersfield City.
Shankly fue internacional con Escocia, debutando en un triunfo 1-0 contra Inglaterra en abril de 1938. Llegó a jugar en cuatro ocasiones más para su país, y acumuló otras siete internacionalidades en periodo de guerra, pero no cabe duda de que su proyección fue cortada por aquella Segunda Guerra Mundial en 1939. Bill Shankly fue un buen futbolista y a su retirada comenzó a ejercer como técnico, labor en la que fue excepcional, pero para ello tuvo que rodarse en varios equipos antes de triunfar plenamente en el Liverpool, club al que llegó en diciembre de 1959, cuando T.V. Williams, el por entonces presidente del Liverpool, le contrató.

COMO ENTRENADOR

En diciembre de 1959 llega al Liverpool, un conjunto que por entonces pasaba por delicados momentos deportivos, estaba en Segunda División y además sufría la antigüedad y precariedad de sus instalaciones. Cuando llegó quiso saber y conocer la historia e idiosincrasia del club al que se incorporaba. Sabía que la historia es pasado pero también la base de identidad del club, por ello llegó a decir: “Los únicos que se pueden permitir el lujo de ignorar la historia de un lugar son los nativos. Los extranjeros tenemos la obligación de conocerla; de otro modo no sobrevives”. Por ello llegó a lo más profundo de los corazones de los Kopites.
Sentía que cada vez que su equipo perdía, fallaba a sus aficionados, se sentía cerca de ellos y llegaba a contestar personalmente las cartas que le llegaban a Melwood. Su conexión con la grada de Kop era tal que en una ocasión un policía apartó una bufanda del Liverpool en el suelo y Shankly le recriminó diciéndole: “No haga eso. Esa es nuestra fuerza para vivir”.


Dicen los que conocieron bien a Bill, que era un tipo al que no le gustaba entrenar pero que llevaba todo un tratado de sentido común en lo referente a fútbol sobre sus hombros. Además nunca le tembló el pulso a la hora de tomar decisiones en beneficio del futuro de su equipo. No se dejaba influir por casi nadie y ejercía una influencia incuestionable sobre su equipo técnico. No era un hombre de grandes discursos. Más bien, de sentencias cortas. Era genuino, la simplicidad era su libro de cabecera. Por ejemplo si quería que sus jugadores no se complicaran la vida en el juego, lo resumía con una sola frase: ‘pásale la pelota a la camiseta roja que tengas más cerca’. Shankly no era muy partidario del entrenamiento sin balón por ello aceptó de muy buen grado las ideas de Joe Fagan, que era antisistema, más partidario del ‘Passing-game’. El trabajo físico era fundamentalmente con la pelota y dedicaban las jornadas a practicar los pases... el passing game.

Para Shankly el fútbol era también habilidad, trabajó con lo puesto y con mucho ingenio, llegando a pintar porterías en las viejas paredes para afinar la técnica de tiro de sus futbolistas. Tras los entrenamientos todos juntos al autobús, de Melwood a Anfield, donde comían correctamente todos juntos. Así controlaba la vida ordenada de sus futbolistas y los privaba de las inoportunas lesiones. Como prueba de ello es el hecho de que en la temporada 65/66, logró salir campeón utilizando solo a 14 futbolistas.





Los éxitos no tardaron en llegar, en Liga y en la Fa Cup. En poco tiempo pasaron de 
luchar en la Segunda División (ascendieron en la 61/62) a pelear el título en la Premier y avisar en Europa con grandes partidos, lo que viviría y significaría para el fútbol europeo, Anfield y la casaca roja del Liverpool. Se ganó el respeto a nivel mundial y algo aún más importante para él, la admiración de los hinchas del Liverpool. Shankly dirigió los designios del Liverpool desde 1959 hasta 1974, su palmarés puede resultar menor con el de otros técnicos, pero su trabajo está sin duda a la altura del mejor técnico de la historia.
Cuando en julio de 1974 anunció su retirada, los aficionados colapsaron la centralita del club y los trabajadores de las fábricas locales amenazaron con ir a la huelga si no regresaba su héroe. Pero cuando dejó el club lo hizo con la satisfacción del deber cumplido y dejándolo en buenas manos.
Todo lo que rodea a la figura de Bill Shankly se ha convertido en leyenda del fútbol, Anfield y en concreto “The Boot Room” tampoco podían librarse de ello: La citada humilde habitación, era el minúsculo cuarto de las botas que contribuyó aún más a engrandecer la leyenda. Nada de lujos, era un pequeño cuarto con botas, cerveza, café, té… donde Bill Shankly, Joe Fagan, Bob Paisley, Ronie Moran y Roy Evans hablaban de fútbol. Allí en concreto se reunieron durante años los miembros del equipo técnico de Bill Shankly y que llevaron al Liverpool a conquistar cuatro Copas de Europa.
Las anécdotas que existen alrededor de su figura son innumerables, dicen que solía hablar de boxeo a sus jugadores antes de los partidos en sus charlas, él simplemente lo veía así: “Era una simple forma de aislar a los futbolistas y quitarles presión para que saltaran al terreno de juego con la mente limpia”. Aunque esto no quiere decir que no supieran el peso que suponía llevar esa camiseta, pero por si lo olvidaban para ello estaba el letrero que pueden leer antes de saltar al terreno de juego, en el estrecho pasillo que les lleva al rojo y verde escenario: “This is Anfield”. “Para recordarles a nuestros muchachos para quién están jugando, y para recordarles a los adversarios contra quién están jugando".


En este caso Shankly era un excelente ‘motivador’ y como muestra un botón: Tom Smith, jugador de los reds, trataba de explicarle que su rodilla estaba maltrecha y que así no podía seguir jugando, cuando Shankly le dejó perplejo con la siguiente afirmación: "Quítate el vendaje y esa no es tu rodilla... ¡es la rodilla del Liverpool!"...
Para los aficionados del Liverpool este fue el gran secreto de su éxito, logró convertir a
sus futbolistas en ganadores. Bill era un personaje único, entregado al máximo a este deporte y al Liverpool.






FRASES GENIALES

“El futbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso. "

"Esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool"

"Cuando no tengo nada que hacer miro debajo de la clasificación para ver cómo 
va el Everton”

"Si el Everton jugara en el jardín de mi casa, cerraría las cortinas"

“Si estás en el área de penal y no sabes qué hacer con la pelota, métela en la red y 
ya discutiremos las alternativas más tarde. "

“También pasamos malos momentos: un año acabamos segundos...”

"El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no el juego".

"¿Qué alineación voy a sacar? No voy a revelar un secreto como ése al Milan. Si 
por mí fuera, procuraría que no se enterase ni de la hora del partido"

"La pelota no se cansa nunca”

"Juega como si nunca pudieses cometer un error, pero no te sorprendas cuando lo hagas."