"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

domingo, 29 de abril de 2012

El error como aprendizaje

Interesante artículo para reflexionar.



( Borja Vilaseca 1 de Marzo de 2.009 - El País )



Los profesionales que pueden equivocarse son más innovadores

La perfección no existe

                   El consultor Víctor Z., de 30 años, está "bastante harto" de su jefe. "Todo el día está encima de mí. No me pasa ni una". De hecho, acaba de recibir una nueva bronca; esta vez a través del correo electrónico. Es lo que tienen las nuevas tecnologías, que permiten reinventar la comunicación entre las personas que trabajan en una misma empresa, aunque no siempre para mejorar las relaciones.

Al parecer, su jefe es una de esas personas "extremadamente exigentes y perfeccionistas" con sus colaboradores, a quienes no duda en "criticar duramente" cuando no cumplen con sus "rígidas" expectativas. "No tiene un punto medio: para él sólo existen las cosas bien hechas o mal hechas", explica. Y por si fuera poco, "también exige que el trabajo se realice en plazos demasiado ajustados". De ahí que, fruto del cansancio y de las prisas, de tanto en tanto Víctor Z. comete algún error. Eso sí, este tipo de equivocaciones -que a veces son fallos ortográficos en informes a presentar a clientes- generan "enfados desproporcionados", lamenta.

Lo cierto es que esta situación hace tiempo que se ha vuelto "insostenible" para Víctor Z.. Después de tres años y medio de experiencia, este consultor ha comprobado que su organización "no promociona a las personas por sus aptitudes o capacidades, sino por cumplir con su rol de forma sumisa, obedeciendo sin rechistar las órdenes". Y añade: "Me he dado cuenta de que el miedo, la culpa y el castigo son los medios que utiliza mi empresa para cerciorarse de que sus colaboradores no vuelvan a cometer ningún error".

Y, como consecuencia directa, Víctor Z. reconoce que trabaja "sin ninguna ilusión y motivación", escaqueándose todo lo que puede y "mintiendo de vez en cuando para no despertar el mal humor" de su jefe. Por temor a equivocarse, hace tiempo que se limita a hacer exactamente lo que le piden. Nada más. Pero no tardará mucho en cambiar de trabajo, a pesar de la crisis. "En septiembre comienzo un máster para abrirme puertas laborales, y mientras voy a ver si encuentro alguna empresa cuya cultura organizacional esté más alineada con mis valores", concluye.

En los tiempos que corren, "ir más allá del conformismo y de la resignación son todo un acto de valentía, casi revolucionario", afirma el profesor de comportamiento organizacional del Instituto de Empresa, Ignacio Álvarez de Mon. Sin embargo, "es una tendencia que va al alza entre los jóvenes con más talento". No en vano, "las relaciones tóxicas e improductivas son una clara consecuencia de vivir bajo el yugo de una cultura organizacional basada en una dualidad perversa: la de premiar el acierto -asociado con el éxito- y castigar el error, que a su vez se relaciona con el fracaso". En este tipo de empresas, "muchos profesionales cumplen con sus objetivos por encima de lo esperado, pero en el proceso se llenan de angustia, miedo y estrés, con lo que apenas disfrutan del camino recorrido", añade Álvarez de Mon.

"Dada la excesiva orientación al corto plazo y a la consecución de un determinado resultado, el triunfo conlleva un precio demasiado caro: la insatisfacción permanente", explica. Y no sólo eso, "el error se ve como un obstáculo, como algo que debe evitarse u ocultarse a toda costa".

El punto de inflexión sólo puede llegar por medio del "cambio cultural", adoptando una nueva manera de concebir los errores: "Como una oportunidad de aprendizaje". Para ello, "es necesario potenciar la tolerancia y la flexibilidad de los mandos intermedios, de manera que poco a poco se valore el esfuerzo y el crecimiento de los profesionales durante la consecución de un resultado, que no debe concebirse de forma rígida, sobre todo porque es imposible garantizarlo".

En el medio plazo, "esta nueva concepción del trabajo posibilita que la gente se atreva a decir lo que verdaderamente piensa y a aportar su granito de creatividad en cada proyecto". Es decir, "con el tiempo la empresa se convierte en un lugar donde las personas se desarrollan mediante un aprendizaje continuo, generando todavía mejores resultados", señala.

Éste es el caso de la empresa de telecomunicaciones R Cable, incluida en 2008 en el ranking Great Place to Work. "La gestión del error dice mucho de quién es y cómo funciona una empresa", dice su director de Recursos Humanos, Santiago Vázquez, para quien "es mucho más grave la falta de iniciativa derivada del miedo a cometer equivocaciones".

"Al intentar crear valor a través de los valores que promovemos entre nuestros 200 empleados, desde el principio hemos tenido claro que no creemos en buscar culpables ni en castigar los errores", explica. "Lo que sí nos interesa es que cada profesional asuma la responsabilidad de cumplir con su trabajo de la mejor manera posible, lo cual implica un cierto espacio para que pueda aprender de sus equivocaciones".

En el fondo, "se trata de centrar tu mirada y tu energía en buscar la solución y no en regodearse con el problema", apunta Vázquez. Con el tiempo, "estamos logrando cultivar un clima laboral basado en el respeto, la confianza y el aprendizaje, lo que está potenciando el compromiso y la motivación de nuestra gente". Y concluye: "No sólo se atreven a aportar nuevas ideas, sino que lo están haciendo reduciendo el número de errores". Ya lo afirmó una de las mentes más brillantes del siglo XIX, el dramaturgo alemán Johann Wolfgang Goethe: "El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada".



La perfección no existe

"Todas las personas lo hacen lo mejor que pueden desde su nivel de formación y su experiencia laboral", afirma el director del Instituto de Formación Avanzada (Infova), Gonzalo Martínez de Miguel. "De ahí que las empresas puedan mejorar mucho su funcionamiento si toman conciencia de que sus empleados no son ni pueden ser perfectos, con lo que están en su derecho de cometer errores para aprender y evolucionar como personas y profesionales".

Lo cierto es que "nadie comete errores voluntariamente, sino por falta de entrenamiento", sostiene este experto. "En vez de ver y juzgar los errores como algo malo y negativo, hay que empezar a valorarlos por lo que son: una oportunidad para aprender a hacer las cosas de una manera mejor y diferente, que posibilite generar mayor valor añadido en los productos y servicios que ofrece la empresa a sus clientes".

A su juicio, "la única tragedia consiste en no aprender de los errores". Para que esto no ocurra, "en vez de perder tiempo y energía echando broncas, jefe y colaborador deben sentarse y reflexionar sobre tres simples preguntas: ¿cómo se hizo para que sucediera?, ¿qué se ha aprendido de lo que ha pasado? y ¿cómo se hará para que no vuelva a repetirse?". -



sábado, 28 de abril de 2012

TODO PASA



Hubo una vez un rey que llamó a los sabios de la corte para darles un encargo:

- Me estoy fabricando un precioso anillo de oro con un gran diamante. Bajo el diamante, quiero guardar algún mensaje que me ayudará a mi y a todo hombre en los momentos difíciles de la vida. Obviamente, tiene que ser un mensaje pequeño para que quepa en el anillo.

Todos esos sabios eran grandes eruditos. Podrían haber escrito grandes tratados sobre cualquier tema. Así que, pusieron sus mentes a trabajar.

Durante un año, pensaban y debatían. Buscaban en todos sus libros. Consultaron a otros sabios en países lejanos. Pero no podían encontrar nada. Y tuvieron que comunicárselo al rey.

Cuando comunicaban esto, estaba presente un anciano sirviente de la familia real, conocido por su devoción al misticismo. Éste intervino diciendo:

- Oh, Majestad, No tengo estudios, no soy un erudito, ni un académico. Pero creo tener lo que le servirá. Y el anciano místico escribió algo en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey, diciendo:

- Pero no lo leas ahora. Mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Eran pocos sus seguidores y los perseguidores eran numerosos. Se sentía desesperado y al punto de rendirse.

De repente, se acordó del anillo. Sacó el papel y allí encontró su pequeño mensaje, lo que decía simplemente:

"ESTO TAMBIÉN PASARÁ"

Aquellas palabras le resultaron milagrosas. Le inspiraron nueva fe y coraje. Redobló sus esfuerzos y escapó. Al fin de un año, logró reunir a sus ejércitos y reconquistó el reino.

Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital, hubo una gran celebración en el palacio con música, bailes, comida, etc. El Rey presidía las festividades desde su trono, sintiéndose muy orgulloso de sí mismo.

El anciano místico se acercó y le dijo:

- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

- ¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso; la gente celebra mi regreso; no estoy desesperado; no me encuentro en una situación sin salida.

El anciano respondió: - Ese mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

El anciano le dijo: - TODO PASA. Ninguna cosa y ninguna emoción son permanentes. Todo viene y va como el día y la noche. Habrá momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la vida; es la naturaleza misma de la existencia. 





jueves, 19 de abril de 2012

Entrenamiento Mental y II



Antes de comenzar con un trabajo de entrenamiento mental es preciso tener en cuenta ciertos aspectos:

1. En primer lugar es necesaria una correcta técnica de la destreza. Es decir, por mucho que utilicemos correctamente las destrezas psicológicas, sin una adecuada técnica no conseguiremos el resultado que esperamos.

2. Delimitar el encuadre de intervención; la forma en que se va a trabajar, para poder establecer unos objetivos realistas.

3. Saber exactamente la necesidad del deportista y aclarar qué es lo que desea conseguir para no crear falsas expectativas.

4. Establecer objetivos a corto, medio, largo plazo. Éstos deberán ser concretos, medibles y realistas.

5. La idea principal es la de comenzar a practicar las habilidades necesarias de manera que con el tiempo se vayan automatizando e integrando en la rutina diaria del deportista. Es decir, en un principio será un proceso más lento y pesado, pero que con práctica se irá convirtiendo en algo natural.


Los objetivos que normalmente suelen marcar los deportistas suelen ser variados, no obstante, los más comunes y que a casi todos intrigan, serían: controlar la ansiedad pre-competitiva, post-competitivas y manejar las situaciones competitivas mediante una de las técnicas más utilizadas en el ámbito del deporte:    

LA VISUALIZACIÓN



La visualización es “la generación de una imagen mental o una imagen real de algo abstracto o invisible“, lo que aplicado a la práctica deportiva sería el “vernos a nosotros mismos” realizando una acción concreta. “Una de las razones por las que la visualización es tan efectiva, es porque el cerebro no distingue la diferencia entre un evento real y una visualización realmente vivida por él. Utilizar la técnica de la visualización apropiadamente permite que el cuerpo, alcance realmente su meta final sin haber llevado acabo el proceso, permitiendo a la mente y al cuerpo aprender de una forma mucho más rápida que realizando solamente las prácticas físicas”

La visualización no es solo aplicable a la preparación física, sino que también puede ser usada para mejorar el aprendizaje de cualquier técnica concreta o para el entrenamiento ante situaciones de estrés.

Muchas personas –relacionadas o no con el deporte– realizan intuitivamente esta práctica, que consiste simplemente en imaginar –visualizándolo– cómo van a actuar ante determinada situación. De igual forma, hay jugadores que «visualizan» cuál va a ser su actuación ante el próximo partido, repasando mentalmente gestos y movimientos: El gol que va a marcar, el penalti que va a parar, una jugada ideal, etc. En realidad, repasar mentalmente los gestos y movimientos correctos puede mejorar la técnica. Además, recrear experiencias significativas contribuye a eliminar las emociones negativas, establecer metas, y mejorar la autoconfianza.
Los neurólogos explican este proceso sobre la base de que la visualización mental activa los mismos circuitos neuronales que se ponen en marcha cuando se produce la acción en realidad. Cuando se tiene que realizar una respuesta motora compleja, se solicitan «reproducciones» almacenadas en la llamada memoria motora («grabadas» en procesos de aprendizaje anteriores) produciéndose entonces un «movimiento automático interiorizado».



Cuándo utilizar la visualización

La visualización ha de llegar a ser una parte normal de tu preparación, antes, durante y después del partido o entrenamiento. No es suficiente practicarla una vez a la semana, ¿te atreverías a jugar un partido habiéndote entrenado sólo un día?. La cantidad de tiempo dedicado depende de tu calendario de preparación y tus objetivos.

- Antes y después del partido: un mínimo: 5 minutos
- Durante el partido: utilízala unos segundos antes de cada acción
- En los descansos: algunos minutos

                               Fuente: www.psicotraining.org y Manual del portero (Ed. Paidotribo)







“La mente es verdaderamente increíble. Antes de ganar mi primer título de Mr. Universo, anduve en el torneo como si hubiera ganado; el título ya era mío. Lo había ganado tantas veces en mi mente, que no había duda de que triunfaría.” .... Arnold Schwarzenegger


Rebecca Owen : Gimnasta



Fernando Alonso: Piloto F1



Fernando Alonso: Piloto F1











martes, 17 de abril de 2012

Entrenamiento Mental I



El entrenamiento mental en el deporte no es otra cosa que la aplicación de ciertas habilidades psicológicas con el fin de mejorar y perfeccionar el rendimiento del deportista. En la mayoría de los casos, la diferencia  entre dos deportistas de similares capacidades físicas, técnicas y tácticas, está en una adecuada preparación mental, en una correcta utilización de las habilidades psicológicas, que se pueden ir perfeccionando si se trabajan con asiudad y regularidad.



A Continuación, creo que dos interesantes aportaciones para reflexionar.


Entrevista de Eduardo Punset a Shlomo Breznitz

Shlomo Breznitz es un Autor israelí, psicólogo, ex profesor de psicología, ex rector y presidente de la Universidad de Haifa, y miembro de la Knesset. Actualmente es el presidente y fundador de CogniFit, una empresa que desarrolla sistemas de entrenamiento cerebral capaz de mantener la salud cognitiva en forma de forma prolongada.





Entrevista de Eduardo Punset a Roger Schank

Roger Schank es un reconocido investigador en Inteligencia Artificial. Centra su trabajo en aplicar los avances en ciencia cognitiva para mejorar nuestra educación. Schank concibe nuestro cerebro como una máquina del aprendizaje y cree seriamente que no se le está enseñando de forma correcta.










jueves, 12 de abril de 2012

UN POCO DE HISTORIA: El equipo que revolucionó al mundo con el "Fútbol Total"

" Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado "............(Karl Marx)


...Un antes y un después de la década de los 70, aunque para mi todo comenzó con aquella maravillosa selección Brasileña liderada por Pelé y campeona del mundo que deslumbró en México`70, ese fue el germen, la semilla, que floreció en el país de los tulipanes, Holanda. En 1.971, 1.972 y 1.973 el Ajax de Amsterdam se proclama de manera consecutiva campeón de Europa, brillando con su juego, un juego revolucionario. Los mundiales de Alemania 1.974 y Argentina 1.978 donde los Holandeses fueron subcampeones, fue la confirmación a nivel mundial.
Yo era muy niño, de aquellos partidos de principios de los 70, solo tengo un vago recuerdo hasta el 74, del 78 en adelante creo que empecé a ser entrenador. 



El Jueves 8 de Julio de 2.004, Guillermo Monti escribió el siguiente artículo:                            (La Gaceta - Buenos Aires)


EL EQUIPO QUE REVOLUCIONÓ AL MUNDO CON EL "FÚTBOL TOTAL"


De la mano del extraordinario Johan Cruyff, el seleccionado de Rinus Michels asombró con un juego vistoso, rápido y contundente. La derrota en la final no empañó el mérito de una formación que hizo historia.

                 -La final del Mundial 74, de la que ayer se cumplieron 30 años, dejó para la estadística a un campeón como Alemania, pero para los amantes del fútbol, sin distinción de paladares, quedó la huella imborrable de un equipo revolucionario como la Holanda de Johan Cruyff.

Ironía del destino, ese equipo, cuya base fue el inolvidable Ajax que vapuleó en la Intercontinental del 72 al Independiente de Santoro, Sá, Pavoni, Pastoriza y Balbuena, fue para muchos el mejor del mundo en esa década, más allá de que hubo fracasado en la final.


Pero la falta del título no empalideció el brillo de un seleccionado que fue la amalgama de la belleza y la eficacia, a partir de tres conceptos básicos como el buen trato de la pelota, la presión en la marca, y la ocupación inteligente y dinámica de todos los sectores del campo de juego.

El técnico Rinus Michels supo combinar por partes iguales la destreza de sus individualidades y el espíritu solidario para servir al equipo según la fase del juego. Cualquier jugador holandés presionaba al rival cuando este tenía la pelota, y se ofrecía para recibirla cuando otro de camiseta naranja la poseía. Sin olvidar la gambeta si había obligación de resolver en el mano a mano.


Michels, a quien llamaban "El General" por su apego a la disciplina, tuvo el don de no cortar la inspiración de sus jugadores y sacar lo mejor de cada uno. Y tuvo también el buen tino de medir el rigor y oxigenar a sus dirigidos, permitiéndoles que recibieran a sus novias, esposas y familiares, sin que eso alterara la convivencia en una competición de semejante calibre.

Pero hablar de esa Holanda-equipo-orquesta y no hablar de los intérpretes de esa partitura sería injusto. Porque esa formación tuvo un líbero de categoría como Arie Haan, un stopper implacable como Wim Rijsbergen, dos laterales de toda la franja como Wim Suurbier y Ruud Krol (luego otro líbero de lujo), una media cancha que combinaba traslación, ubicación y pausa, con Johan Neeskens, Wim Jansen y Wim van Hanegem, y dos delanteros con desborde y gol, como Johnny Rep y Rob Rensenbrink. Y, por supuesto, tuvo un monstruo como Johan Cruyff, un jugador completo, goleador, cerebral, con recursos para cumplir cualquier cosa que se le pidiera.

¿Puntos flojos? El arquero Jan Jongbloed y cierta fragilidad anímica en los momentos cumbre. Alemania lo aprovechó y por eso se quedó con el título, pero ningún resultado podrá hacer olvidar la grandeza de aquel fútbol holandés. El fútbol total, el ideal del fútbol de siempre.

Rinus Michels



"Nos pasaron por arriba", reconoció Sa

'Francisco Pedro Manuel Sa "padeció" al seleccionado holandés subcampeón mundial en 1974 y al Ajax, el equipo que constituía la base de la "naranja mecánica". Según "Pancho", en ese momento Holanda estaba cuatro goles arriba de Argentina. "Esa era la diferencia entre ellos y nosotros. En Argentina faltaba un calendario internacional apropiado, la falta de roce con los europeos se notaba muchísimo. Pero ese Mundial fue una bisagra, porque al año siguiente llegó César Menotti a la dirección técnica y todo cambió para bien", explicó Sa.

"Cruyff era la figura cumbre de aquel equipo, porque no solamente se destacaba en su seleccionado y en Ajax, sino que después, cuando pasó a Barcelona, siguió siendo el mejor", resaltó el correntino. "Por lo que se advertía, Cruyff era líder del equipo dentro y fuera de la cancha -agregó-. No solamente prevalecía y se destacaba por su juego, sino también por su personalidad".

Respecto de las razones por las que Holanda nunca pudo imponer esa superioridad futbolística con la obtención de un título mundial, Sa tiene una visión muy particular. "Alemania siempre pelea títulos aun sin deslumbrar, lo mismo que Brasil e Italia, que forman equipos para ser campeones. Mientras que hay otros, como Holanda, que conforman equipos para jugar bien", recalcó.

Sa recordó aquel partido bajo la lluvia que Argentina perdió por 4 a 0 en el Mundial 74, en la ciudad de Gelsenkirchen. "Los holandeses te aplastaban. No hacían como otros, que cuando se ponían 2 a 0 guardaban la pelota. Siempre querían más", dijo.

"Me acuerdo justamente que cuando estaban ganando por ese marcador paró de llover y ellos aflojaron. Fue raro, porque después se largó de nuevo y volvieron a atacarnos con todo. Y obviamente nos pasaron por arriba. No parecíamos estar en el mismo nivel", admitió.

                               




Beckenbauer y sus hombres hicieron el milagro

Holanda ganó el Grupo 3 del Mundial 74 bailando a Uruguay (por milagro el partido terminó 2 a 0), empatando 0 a 0 con Suecia (con una descomunal actuación del arquero escandinavo Ronnie Hellstrom) y goleando por 4 a 1 a Bulgaria.


En la ronda semifinal, la "naranja mecánica" vapuleó 4 a 0 a la Argentina y superó 2 a 0 a Alemania Oriental. A continuación, se floreó ante el Brasil de Leao, Luiz Pereira, Rivelino y Jairzinho, con un 2 a 0 que no reflejó el dominio de Johan Cruyff y compañía.

Hasta que llegó la final, en el estadio "Olímpico" de Munich, ante 80.000 espectadores, el 7 de julio de 1974, seis días después de la muerte de Juan Domingo Perón. Allí, la jerarquía del "Kaiser" Franz Beckenbauer; la contundencia de Gerd Muller; la seguridad de Sepp Maier; la potencia de Paul Breitner y Bertie Vogts ("estampilla" de Cruyff en la final), truncaron el sueño de los naranjas.


De esa final se recuerda aún el gol de la apertura de Holanda, marcado por Neeskens, de tiro penal, por infracción de Vogts a Cruyff. Ningún jugador alemán tocó la pelota desde que los naranjas sacaron del medio al comenzar el partido. Transcurrieron un minuto y 17 toques, y Maier la tuvo que ir a buscar al fondo de la red.

Lo demás es historia: la reacción de Alemania que pasa ganar 2-1, la superioridad holandesa que no se plasma en la red, el título y la gloria para los locales, la frustración y el reconocimiento para los vencidos.








El mejor no fue el campeón

Revolucionó al fútbol mundial, pero no fue campeón. Tenía a los mejores jugadores, aunque la Copa quedó en manos ajenas. La estrella del torneo fue Johan Cruyff, por más que le tocó perder la final por 2 a 1. En el Mundial 74, la historia la escribió el segundo, toda una lección para los fundamentalistas del resultado y la estadística.


Extraordinaria conjunción de innovación táctica, excelencia técnica y capacidad física, ese seleccionado que dirigía Rinus Michels dejó con la boca abierta al planeta, con un fútbol bello, veloz y contundente. Muchos intentaron copiarlo, pero nadie se acercó a la perfección del original.

Beckenbauer levantó la Copa en Munich, pero en la memoria de los amantes del fútbol es Holanda la que ocupa el lugar preferencial.