"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

jueves, 12 de abril de 2012

UN POCO DE HISTORIA: El equipo que revolucionó al mundo con el "Fútbol Total"

" Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado "............(Karl Marx)


...Un antes y un después de la década de los 70, aunque para mi todo comenzó con aquella maravillosa selección Brasileña liderada por Pelé y campeona del mundo que deslumbró en México`70, ese fue el germen, la semilla, que floreció en el país de los tulipanes, Holanda. En 1.971, 1.972 y 1.973 el Ajax de Amsterdam se proclama de manera consecutiva campeón de Europa, brillando con su juego, un juego revolucionario. Los mundiales de Alemania 1.974 y Argentina 1.978 donde los Holandeses fueron subcampeones, fue la confirmación a nivel mundial.
Yo era muy niño, de aquellos partidos de principios de los 70, solo tengo un vago recuerdo hasta el 74, del 78 en adelante creo que empecé a ser entrenador. 



El Jueves 8 de Julio de 2.004, Guillermo Monti escribió el siguiente artículo:                            (La Gaceta - Buenos Aires)


EL EQUIPO QUE REVOLUCIONÓ AL MUNDO CON EL "FÚTBOL TOTAL"


De la mano del extraordinario Johan Cruyff, el seleccionado de Rinus Michels asombró con un juego vistoso, rápido y contundente. La derrota en la final no empañó el mérito de una formación que hizo historia.

                 -La final del Mundial 74, de la que ayer se cumplieron 30 años, dejó para la estadística a un campeón como Alemania, pero para los amantes del fútbol, sin distinción de paladares, quedó la huella imborrable de un equipo revolucionario como la Holanda de Johan Cruyff.

Ironía del destino, ese equipo, cuya base fue el inolvidable Ajax que vapuleó en la Intercontinental del 72 al Independiente de Santoro, Sá, Pavoni, Pastoriza y Balbuena, fue para muchos el mejor del mundo en esa década, más allá de que hubo fracasado en la final.


Pero la falta del título no empalideció el brillo de un seleccionado que fue la amalgama de la belleza y la eficacia, a partir de tres conceptos básicos como el buen trato de la pelota, la presión en la marca, y la ocupación inteligente y dinámica de todos los sectores del campo de juego.

El técnico Rinus Michels supo combinar por partes iguales la destreza de sus individualidades y el espíritu solidario para servir al equipo según la fase del juego. Cualquier jugador holandés presionaba al rival cuando este tenía la pelota, y se ofrecía para recibirla cuando otro de camiseta naranja la poseía. Sin olvidar la gambeta si había obligación de resolver en el mano a mano.


Michels, a quien llamaban "El General" por su apego a la disciplina, tuvo el don de no cortar la inspiración de sus jugadores y sacar lo mejor de cada uno. Y tuvo también el buen tino de medir el rigor y oxigenar a sus dirigidos, permitiéndoles que recibieran a sus novias, esposas y familiares, sin que eso alterara la convivencia en una competición de semejante calibre.

Pero hablar de esa Holanda-equipo-orquesta y no hablar de los intérpretes de esa partitura sería injusto. Porque esa formación tuvo un líbero de categoría como Arie Haan, un stopper implacable como Wim Rijsbergen, dos laterales de toda la franja como Wim Suurbier y Ruud Krol (luego otro líbero de lujo), una media cancha que combinaba traslación, ubicación y pausa, con Johan Neeskens, Wim Jansen y Wim van Hanegem, y dos delanteros con desborde y gol, como Johnny Rep y Rob Rensenbrink. Y, por supuesto, tuvo un monstruo como Johan Cruyff, un jugador completo, goleador, cerebral, con recursos para cumplir cualquier cosa que se le pidiera.

¿Puntos flojos? El arquero Jan Jongbloed y cierta fragilidad anímica en los momentos cumbre. Alemania lo aprovechó y por eso se quedó con el título, pero ningún resultado podrá hacer olvidar la grandeza de aquel fútbol holandés. El fútbol total, el ideal del fútbol de siempre.

Rinus Michels



"Nos pasaron por arriba", reconoció Sa

'Francisco Pedro Manuel Sa "padeció" al seleccionado holandés subcampeón mundial en 1974 y al Ajax, el equipo que constituía la base de la "naranja mecánica". Según "Pancho", en ese momento Holanda estaba cuatro goles arriba de Argentina. "Esa era la diferencia entre ellos y nosotros. En Argentina faltaba un calendario internacional apropiado, la falta de roce con los europeos se notaba muchísimo. Pero ese Mundial fue una bisagra, porque al año siguiente llegó César Menotti a la dirección técnica y todo cambió para bien", explicó Sa.

"Cruyff era la figura cumbre de aquel equipo, porque no solamente se destacaba en su seleccionado y en Ajax, sino que después, cuando pasó a Barcelona, siguió siendo el mejor", resaltó el correntino. "Por lo que se advertía, Cruyff era líder del equipo dentro y fuera de la cancha -agregó-. No solamente prevalecía y se destacaba por su juego, sino también por su personalidad".

Respecto de las razones por las que Holanda nunca pudo imponer esa superioridad futbolística con la obtención de un título mundial, Sa tiene una visión muy particular. "Alemania siempre pelea títulos aun sin deslumbrar, lo mismo que Brasil e Italia, que forman equipos para ser campeones. Mientras que hay otros, como Holanda, que conforman equipos para jugar bien", recalcó.

Sa recordó aquel partido bajo la lluvia que Argentina perdió por 4 a 0 en el Mundial 74, en la ciudad de Gelsenkirchen. "Los holandeses te aplastaban. No hacían como otros, que cuando se ponían 2 a 0 guardaban la pelota. Siempre querían más", dijo.

"Me acuerdo justamente que cuando estaban ganando por ese marcador paró de llover y ellos aflojaron. Fue raro, porque después se largó de nuevo y volvieron a atacarnos con todo. Y obviamente nos pasaron por arriba. No parecíamos estar en el mismo nivel", admitió.

                               




Beckenbauer y sus hombres hicieron el milagro

Holanda ganó el Grupo 3 del Mundial 74 bailando a Uruguay (por milagro el partido terminó 2 a 0), empatando 0 a 0 con Suecia (con una descomunal actuación del arquero escandinavo Ronnie Hellstrom) y goleando por 4 a 1 a Bulgaria.


En la ronda semifinal, la "naranja mecánica" vapuleó 4 a 0 a la Argentina y superó 2 a 0 a Alemania Oriental. A continuación, se floreó ante el Brasil de Leao, Luiz Pereira, Rivelino y Jairzinho, con un 2 a 0 que no reflejó el dominio de Johan Cruyff y compañía.

Hasta que llegó la final, en el estadio "Olímpico" de Munich, ante 80.000 espectadores, el 7 de julio de 1974, seis días después de la muerte de Juan Domingo Perón. Allí, la jerarquía del "Kaiser" Franz Beckenbauer; la contundencia de Gerd Muller; la seguridad de Sepp Maier; la potencia de Paul Breitner y Bertie Vogts ("estampilla" de Cruyff en la final), truncaron el sueño de los naranjas.


De esa final se recuerda aún el gol de la apertura de Holanda, marcado por Neeskens, de tiro penal, por infracción de Vogts a Cruyff. Ningún jugador alemán tocó la pelota desde que los naranjas sacaron del medio al comenzar el partido. Transcurrieron un minuto y 17 toques, y Maier la tuvo que ir a buscar al fondo de la red.

Lo demás es historia: la reacción de Alemania que pasa ganar 2-1, la superioridad holandesa que no se plasma en la red, el título y la gloria para los locales, la frustración y el reconocimiento para los vencidos.








El mejor no fue el campeón

Revolucionó al fútbol mundial, pero no fue campeón. Tenía a los mejores jugadores, aunque la Copa quedó en manos ajenas. La estrella del torneo fue Johan Cruyff, por más que le tocó perder la final por 2 a 1. En el Mundial 74, la historia la escribió el segundo, toda una lección para los fundamentalistas del resultado y la estadística.


Extraordinaria conjunción de innovación táctica, excelencia técnica y capacidad física, ese seleccionado que dirigía Rinus Michels dejó con la boca abierta al planeta, con un fútbol bello, veloz y contundente. Muchos intentaron copiarlo, pero nadie se acercó a la perfección del original.

Beckenbauer levantó la Copa en Munich, pero en la memoria de los amantes del fútbol es Holanda la que ocupa el lugar preferencial.











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