"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

lunes, 12 de agosto de 2013

Ciclistas de leyenda: Gino Bartali y Fausto Coppi

Que gran historia....!!

                               Nacho Labarga (Diario Marca 2.011)

La imagen de Coppi y Bartali agarrados por una misma botella significa uno de los grandes momentos de la historia del ciclismo. Sucedió en el Tour de 1952 cuando el pelotón atravesaba las cimas de Alpe D´Huez y Galibier. Representa la humanización de dos dioses enfrentados. El fotógrafo de aquella instantánea, Carlo Martini, nunca quiso desvelar un secreto que todavía persiste.


Era el Tour de 1952. Se celebraba una etapa parecida a la que disputan estos días los Schleck, Contador, Evans... cuando dos de los mejores ciclistas de la historia protagonizaron una imagen que quedaría grabada en la memoria del mundo del pedal. Hablamos de Fausto Coppi y Gino Bartali.

Gino Bartali

Símbolos del momento, los dos corredores más enérgicos de la época enfrentaban a un país, Italia, que todavía se recuperaba de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. Coppi era rebelde, jovial y cautivador. Algo tunante en su vida afectiva. El 'Campionissimo' sorprendió al mundo cuando después de una etapa regaló el ramo de flores a una mujer casada con la que mantenía una aventura. Aquella actitud, unida a su reconocida laicidad, despertó el odio entre los italianos más conservadores a la vez que atraía la simpatía de los comunistas.

Fausto Coppi

Bartali, por su parte, era un tipo educado. Mayor que su enemigo, en años y en victorias cosechadas. Un hombre campechano, católico y conservador que se casó con su novia de toda una vida. Su filosofía conectaba con la sociedad democristiana. Tuvo el infortunio de que la guerra le impidió aumentar un palmarés que se presumía descomunal. Aunque el tiempo que le birló el conflicto lo invirtió en salvar la vida de judíos ejerciendo como correo.

El botellín de la polémica

En una etapa que aunaba dos colosos como Galibier y Alpe D´Huez ocurrió una de la escenas ciclistas con más glamour. El calor de julio apretaba a los esforzados participantes mientras derretía el asfalto. La fatiga visitaba los cuerpos de los italianos hasta que quedaron unidos por un botellín. Fue entonces cuando uno de los dos cedió agua a su rival dejando a un lado lo que parecían unas diferencias insalvables. Era el momento de la humanización de dos dioses enfrentados. La unión de todo el pueblo italiano alrededor de una botella.

Aquel gesto, que podría no resultar extraño en cualquier otra circunstancia del deporte, se popularizó tras causar un gran revuelo en el país transalpino. Los protagonistas no dudaron en apuntarse la autoría mientras que Carlo Martini, el fotógrafo que inmortalizó el momento, no quiso desvelar quién fue el verdadero artífice.

Incluso existe el rumor de que fue el propio Martini quien propuso la instantánea con la aceptación de los corredores. Hipótesis con muy poca aceptación por parte de los dos bandos. En la actualidad, la polémica sigue su curso. No cesa. Casi 60 años después, el misterio sigue sin resolverse.



Informe Robinson nos muestra esta maravillosa historia:
  
        

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