"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos" (Walt Disney)

miércoles, 16 de enero de 2013

UN POCO DE HISTORIA: Bobby Fischer Vs Boris Spassky; El gran duelo

Siempre me encantó esta historia.....y esta frase... muy grande !!

".......Bobby y yo cometimos el mismo crimen, póngame a mí también las sanciones, arrésteme y métame en la misma celda que Bobby Fischer, y algo más, denos un tablero de ajedrez.” (En la carta de Boris Spassky al presidente George W. Bush estando Bobby Fischer encarcelado)






Una de las batallas más memorables de la Guerra Fría fue la partida de ajedrez que Bobby Fischer le ganó a Boris Spassky

Fue hace 40 años, en plena Guerra Fría. Una vez más se enfrentaban rusos y estadounidenses, pero esta vez se jugaba algo más que un mero partido de baloncesto o de hockey o la cantidad de medallas en los Juegos Olímpicos. Lo que estaba en juego en la partida de Reijavik entre el campeón del mundo de ajedrez, el ruso Boris Spassky, y el retador, el estadounidense Bobby Fischer, era la supremacía intelectual de una de las dos potencias dominantes.

Ambos imperios estaban pendientes de lo que sucediera en la brega y en primera línea estaba su mejor caballero, siguiendo esa tradición medieval que enfrentaba al mejor hombre de cada bando, en lugar de enfrentar ejércitos.

Las expectativas eran demencialmente altas. La gente comprendió de golpe que no sabía jugar ajedrez, que no eran capaces de comprender el juego. Entonces salieron desesperadamente a comparar juegos y libros. El nerd que le daba clases de ajedrez a los que se portaban mal en el liceo se convirtió en el tipo más popular del barrio. La radio, la televisión y los diarios empezaron a divulgar un juego milenario, inventado tal vez en Persia, en el que había que encerrar al rey enemigo hasta forzarlo a la rendición o la ignominia del jaque mate.

Todo eso sucedía no solo en Estados Unidos, sino en el mundo entero, y todo por culpa de una anomalía de la historia humana: Bobby Fischer. De chico era un niño problemático, con dificultades de aprendizaje, hasta que conoció el ajedrez. No fue un niño prodigio, pero el juego le interesó y su estilo despuntó en la adolescencia.

A los 13 años salió campeón de Estados Unidos y, dos años después, se convirtió en Gran Maestro, integrante del Olimpo de los especialistas del juego ciencia.

En ese momento (1958) ya los rusos ejercían el dominio absoluto del juego. El ajedrez está en la cultura rusa y el régimen soviético lo alentó de manera especial, como forma de propaganda. En Estados Unidos el ajedrez era cosa de gente rara o de perdedores.

Fischer se pone como meta romper la hegemonía rusa y logra, 14 años después, ganar el Torneo Candidatura, lo que le da la oportunidad de enfrentarse al campeón por el título. Era la primera vez que un estadounidense llegaba tan lejos. Y lo hizo de manera aplastante, ganando como nunca nadie lo había hecho.

En julio de 1972 estaba previsto el gran duelo en la capital de Islandia, equidistante de ambos centros de poder.

Entonces Fischer empieza a mostrar algunas de las características de su personalidad excéntrica hasta la paranoia. Discute todas las condiciones, desde lo económico hasta la colocación de las cámaras. No llega a Islandia el día previsto y todo amenaza con quedar en la nada, hasta que otro gran personaje de la época, el canciller estadounidense Henry Kissinger, lo alienta: “Querido, anda a pelear con los rusos”, le dice, palabra más, palabra menos.

Fischer siente la llamada de la patria pero va y pierde la primera partida, de un match previsto a 24. A la segunda no se presenta porque tiene no se sabe muy bien qué problemas con las luces. Fischer nunca le había ganado a Spassky. Habían jugado seis veces, con tres victorias del ruso y tres tablas. Y ahora estaba dos abajo.

Parecía el fin, pero Fischer se presenta a la tercera partida y la gana. Apartir de ahí empezó una demolición sistemática que terminó en la partida 21, con victoria del estadounidense.
Se vio como una victoria del mundo libre sobre el comunismo, del hombre solo contra el sistema, de la imaginación sobre el dogma. A los hombres que lo protagonizaron no les fue bien. Spassky, previsiblemente, quedó en una situación muy incómoda, y poco después le permitieron emigrar a Francia. Fischer murió a los 64 años en Islandia, con su salud mental muy deteriorada.

Cosas que pasaron

Drama. “El match del siglo” empezó en Reijavik el 11 de julio de 1972 y terminó el 31 de agosto de ese año, al cabo de la 21ª partida.

El camino. Bobby Fischer jugó como nadie nunca antes en el torneo Candidatura. A ese nivel, el resultado más frecuente en ajedrez son las tablas, el empate, que da medio punto a cada jugador.
El ganador hace un punto y el perdedor, cero. En cuartos de final y en semifinales, Fischer ganó todos los encuentros al mejor de 10, ganando 6 a 0 en cada caso. En la final, ganó tres partidas y las otras cinco fueron tablas, ganando 5,5 a 2,5.


Estilo. Spassky tenía un equipo de asesores que contaba con los mejores jugadores del mundo.
Fischer analizaba sus partidas solo.


Locura. La presión que tenían ambos jugadores era sobrenatural. Fischer le añadió una dosis extra. Discutió la posición de las cámaras, la iluminación, la ubicación de los espectadores, las condiciones de pago y hasta las reglas de la partida.

Destino. Spassky debió emigrar poco tiempo después del match y no volvió a vivir en Rusia. Fischer no volvería a jugar públicamente hasta la revancha con Spassky en 1992, en Sarajevo, rompiendo el embargo de las Naciones Unidas y Estados Unidos sobre Yugoslavia. Fischer ganó el match y el premio de poco más de US$ 3 millones. Ahí empezó su vida fuera de Estados Unidos, con discursos antiamericanos frecuentes. El más duro fue el del 11 de setiembre de 2001: “Es el día más feliz de mi vida”, dijo a una radio de Filipinas el día del atentado a las Torres Gemelas. En 2004 fue preso en Japón y su extradición a Estados Unidos estaba cerca, cuando Islandia, en agradecimiento a Fischer por haberla puesto en el mapa, le ofreció esa nacionalidad y el asilo correspondiente. Fischer murió el 17 de enero de 2008, a los 64 años, en el lugar que fue su cumbre más alta.

Documental sobre la historia en el canal BIO.




FRASES DE BOBBY FISCHER

"El cuerpo debe estar en perfectas condiciones. Si se deteriora el cuerpo, se deteriora el ajedrez. No se puede separar el cuerpo y la mente."

"No tengo amigos cercanos y no guardo ningún secreto. No necesito amigos. Sólo le digo todo lo que pienso a todo el mundo."

"Lo importante en el ajedrez son los buenos movimientos."

"Existen los jugadores duros y los buenos chicos, yo soy un jugador duro."

"Yo doy el 98 por ciento de mi energía mental al ajedrez. Otros dan apenas el 2 por ciento."

"Sólo se puede llegar a ser bueno en ajedrez si se ama el juego."

"El ajedrez demanda concentración total y amor por el juego."

"Psicológicamente, debes confiar en ti mismo, y esa confianza debe estar basada en los hechos."

"Me opongo a que digan que soy un genio del ajedrez. Me considero un genio en general que, casualmente, juega al ajedrez. Es muy distinto. Miren a Kasparov: él es un genio del ajedrez. Fuera del tablero, en cambio, es un idiota."

"Se trata simplemente de ti y tu oponente en el tablero, y estás tratando de probar algo."

"Tienes que tener espíritu de lucha. Tienes que forzar jugadas y asumir riesgos."

"Si gano un torneo, lo hago por mí mismo. Yo juego. Nadie me ayuda."

"Si no ganas, no es una gran tragedia. Lo peor que sucede es que pierdes una partida."

"Conozco a gente que tiene toda la fuerza de voluntad del mundo y aún así no es capaz de jugar buen ajedrez."

FRASES DE BORIS SPASSKY

"El Ajedrez es como la vida"

"Sus puntos débiles en ajedrez son un secreto" (Sobre Bobby Fischer).

"Petrosian me recuerda a un erizo. Justo cuando uno cree que lo tiene cogido, saca sus púas"

"El ajedrez, con toda su profundidad filosófica, su llamamiento estético, es antes que nada un juego en el mejor sentido de la palabra, un juego en el que se pone de manifiesto la inteligencia, el carácter y la voluntad de uno"

"Todos somos mortales y cometemos errores. Debemos ser tolerantes"

"Quizá yo tenga parte de culpa, pude haber sido más activo"

“No guardo rencor a ningún Gran Maestro, solo a algún psicólogo”

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